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Gestión de la demanda. Aquí y ahora. Santi Martínez, mayo de 2021

Estoy seguro de que a mi abuelo le pareció vertiginoso pasar de tener electricidad en el pueblo en 1921, a disponer de televisor, en un bar a cinco quilómetros de distancia, en solo cincuenta años.

La evolución transcurre en tramos que mirando hacia atrás nos parecen largos y estables, pero mirando bajo nuestros pies dan la sensación de movimiento continuo con tendencia al crecimiento geométrico en un sistema donde reina la entropía.

Si nos acercamos a nuestros días, en 1980 se empezaron a usar contadores digitales con la finalidad de simplificar el proceso de lectura de contadores, y en la década del 2000 se hizo el primer gran despliegue de contadores, llamados inteligentes, en Italia. Los datos empezaban a ser importantes para el sector eléctrico. Han pasado cuarenta años, y los datos y metadatos han cobrado relevancia, pasando de optimizar la operativa de las empresas eléctricas, a proveer de información a los usuarios sobre su patrón de consumo y como optimizar su coste energético, apoyándose en sistemas de Inteligencia Artificial.

En 100 años, disponer de suministro eléctrico ha pasado de ser un lujo a un servicio básico, al tiempo que la información sobre los flujos energéticos le ha robado el protagonismo.

Disponemos de telecomunicaciones rápidas, robustas y baratas, de servicios de valor añadido en la nube, de inteligencia artificial y de tecnologías desarrolladas en la última década, cuya convergencia nos permite afirmar que, en caso de haber una incidencia en la red eléctrica, es tan seguro poner en marcha una central de generación como reducir la demanda.

La calidad de servicio del sistema eléctrico, en los países desarrollados, es muy alta. En el mundo analógico eso se consigue gracias a la disponibilidad de centrales que están paradas o funcionando a bajo rendimiento, que representan un coste fijo importante para el sistema, pues solo se activan cuando el gestor del sistema identifica un problema de suministro en alguna zona geográfica. En el mundo digital se puede disponer de la misma calidad de servicio, pero con costes variables, activando la gestión de la demanda solo cuando el sistema lo requiere, sin que ello represente el mantenimiento de grandes infraestructuras.

Para que eso sea posible, ha de tener lugar un cambio de rol por parte de las empresas, en el sentido de pasar de ser simples consumidores a actores del sistema, prestando servicios de flexibilidad por los que recibirán una compensación económica importante.

El caso más sencillo de gestionar y explicar es el del frio industrial. Una empresa que disponga de frigoríficos en funcionamiento continuo puede ofrecer, en determinados tramos horarios, que se paren los compresores, o que reduzcan su actividad, pues si el aislamiento es correcto ese cambio no afectará el contenido de los frigoríficos. A efectos de gestión de la demanda, se producirá una reducción de consumo, pues esos sistemas de denominan flexibles.

En una situación de problemas de generación o de restricciones técnicas, el gestor del sistema, o el distribuidor de la zona, pueden pedir que se activen servicios de gestión de la demanda, reduciendo el consumo para compensar una falta de generación, y eso lo harán ofreciendo un precio elevado por esa solución pues, insistimos, es un coste variable que evita la creación de infraestructuras que se han de mantener 365 días al año.

Necesitamos que la generación renovable aumente para hacer frente al reto que plantea el calentamiento global, pero no debemos olvidar que es un tipo de generación intermitente y de predicción difícil, por lo que es imprescindible que seamos capaces de gestionar la demanda en volúmenes importantes para disponer de un sistema estable.

El sistema energético, y el eléctrico en particular, han demostrado poca habilidad o voluntad de comunicación y transparencia con sus clientes, y ahora les necesita.

La Comisión Europea exige poner la ciudadanía en el centro del sistema eléctrico, y será imprescindible encontrar estrategias comunicativas y retributivas que les seduzcan.

Es tiempo de avanzar en la gestión del potencial de flexibilidad de las empresas, estando siempre atentos a la aparición de la siguiente tecnología, que aparecerá….. mañana
Estamos haciendo pilotos, sin coste para los interesados, para valorar el potencial de flexibilidad de las empresas y llevarlo al mercado a finales del 2021. ¡Nos gustaría hablar contigo!

Santi Martínez Farrero
Director General de KM0 Energy

Empresa Miembro de la Fundación Privada Empresa y Clima